sábado, 3 de noviembre de 2007

Duelo: cómo superar la pérdida de un ser querido

Duelo: cómo superar la pérdida de un ser querido

El duelo tras la pérdida de un ser querido es un proceso que suele durar entre 6 y 12 meses, pero que en algunos casos se prolonga en el tiempo y se intensifica apareciendo síntomas cercanos a la depresión. Es lo que se denomina duelo patológico.

 

El duelo es un proceso adaptativo normal ante una pérdida, generalmente de un familiar o persona cercana, que tiene consecuencias psicológicas (tristeza), biológicas y sociales, suponiendo uno de los acontecimientos más estresantes que debe afrontar el ser humano.

A pesar de que el duelo es un tema relativamente novedoso en las consultas médicas, lo cierto es que, según la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), los datos apuntan que estos médicos atienden anualmente entre 70 y 100 procesos de duelo de sus pacientes.

En este sentido, el doctor José Ángel Arbesú, coordinador del Grupo de Trabajo de Salud Mental de SEMERGEN, señala que “la frecuencia del duelo en la consulta de primaria es normal ya que somos en muchas ocasiones el médico que ha atendido al fallecido hasta su muerte y se ha ido valorando la situación familiar en todo el momento”.

“En el duelo, nuestro papel es escuchar a la persona doliente, facilitar la comunicación para expresar sentimientos y emociones, pero también informar de todo el proceso y que sus pensamientos y conductas son totalmente normales”, señala este experto.


Evolución del duelo

El duelo tras la pérdida de un ser querido es un proceso normal de adaptación y por tanto no se considera una entidad patológica psiquiátrica. Un periodo que suele durar entre 6 y 12 meses, y que puede aparecer también ante cualquier otro suceso desagradable en la vida, como un despido laboral o un desencanto amoroso.

“Encontramos duelo en personas que pierden su trabajo, que quedan invalidas por un accidente de tráfico, o mujeres a las que se les ha practicado una mastectomía, etc. y por supuesto se puede cronificar e intensificar hasta convertirse en patología como por el fallecimiento de una persona”, asegura Javier García Campayo, psiquiatra del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.

Las manifestaciones del duelo incluyen síntomas afectivos/emocionales (irritabilidad, ansiedad), así como alteraciones en el comportamiento (conducta antisocial o somatizaciones). Además, en la intensidad del duelo pueden influir también en la persona que lo sufre una serie de factores relacionados con las circunstancias del fallecimiento del ser querido, como la rapidez con la que ha sucedido o lo inesperado del hecho.

Asimismo, hay que tener en cuenta las circunstancias personales del que vive este hecho, como son su propia vulnerabilidad, el apoyo social con el que cuente, la relación mantenida con el fallecido o el posible sentimiento de culpa que pueda padecer ante el suceso, aunque no sea real.

Sin embargo, lo más preocupante que puede suceder en un duelo es cuando éste se prolonga en el tiempo, y se intensifica apareciendo síntomas cercanos a la depresión que incluso impiden la vida normal de las personas. Es entonces cuando el duelo pasa a denominarse duelo patológico.


El duelo patológico

Cuando fracasa el proceso mental de adaptación aparece lo que se denomina duelo patológico. Según destacan los expertos, éste es imprevisible en cuanto a duración, consecuencias y secuelas, y puede ir desde la intensificación de la respuesta adaptativa hasta la aparición de cuadros psiquiátricos complejos.

En este sentido, el doctor Miquel Roca, de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Juan March de Palma de Mallorca señala que “el duelo puede convertirse en duelo patológico cuando su gravedad y duración no guardan proporción con la pérdida. Por tanto, es importantísimo hacer un buen diagnóstico diferencial, apoyar el duelo normal y probablemente tratar o derivar el patológico si los síntomas son graves”.

De hecho, hay especialistas que consideran que casi todos los trastornos mentales pueden encontrarse como manifestación del duelo patológico en personas que no han sufrido ninguna enfermedad mental previa.

Así, los datos revelan que alrededor de un 16 por ciento de las personas que sufren la pérdida de un ser querido presentan un cuadro depresivo durante el año siguiente al fallecimiento del familiar o amigo. Una cifra que se incrementa hasta aproximadamente el 85 por ciento en la población mayor de 60 años.

Además, cerca de 5 de cada 100 personas pueden experimentar alucinaciones e incluso sentimientos de culpa que se intensifican tras cumplir el periodo normal de adaptación a la pérdida.


Tratamiento más efectivo

El tratamiento con observación prolongada del paciente es el método que los expertos consideran como el más efectivo para conseguir que el paciente recupere su vida normal, tanto dentro de su vida cotidiana como en compañía de sus familiares más próximos.

No obstante, también señalan que el derecho al duelo es legítimo y se tiene que tratar si la persona lo pide, ya que el dolor sirve a veces para que el afectado "crezca como persona y salga adelante", y que el que un suceso desagradable afecte más o menos depende de la personalidad del aquejado e incluso, de su cultura o sus creencias.

Sin embargo, el doctor Javier García Campayo, explica que “cada vez más personas demandan tratamiento para no sufrir, y es que vivimos en una sociedad que no está preparada para el sufrimiento. El tratamiento farmacológico a medio y largo plazo no debería estar recomendado para duelos no patológicos, ya que impiden que este se resuelva con normalidad”.

Por su parte, el doctor Miquel Roca, miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría y médicos de Atención Primaria, señala que hay que evitar que se prolonguen "días de recuerdo" en atención a no alargar el dolor de la persona. El 5 por ciento de la población española sufre alguna pérdida o similar y aproximadamente el 2 por ciento traduce esa pérdida en trastornos o depresiones "que se deben vigilar", concluye este experto.

Por último, tal y como señala el doctor Zarco, los familiares son "el principal sustento antes que la ayuda profesional" y que los pacientes "necesitan la mayor atención por parte de ellos para que vuelvan a su vida normal", aunque también tienen que ser objeto de atención médica profesional.

 

 

 

 

 

 

Fecha de publicación: octubre 2007

 

0 comentarios: