miércoles, 31 de octubre de 2007

Fobias

 


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Salud

 

Un miedo incontrolable

MANJULA BALAKRISHNAN. 22.10.2007

  • Las arañas, las alturas, los lugares cerrados... son objeto de las fobias más comunes.
  • Sin embargo, la lista puede ser tan amplia y extraña como personas hay en el mundo.
Llamamos fobias a los miedos intensos que nos inspiran determinados animales, objetos o situaciones. Se trata de una exageración del peligro que se caracteriza porque la reacción que provoca está completamente desproporcionada con la causa que la origina.
También se consideran fobias los sentimientos de odio intenso o de rechazo hacia algo o alguien
Cómo funcionan
Cuando nos enfrentamos a la causa desencadenante de la fobia, experimentamos una sensación de ansiedad y de miedo intenso de una forma repentina y aguda.
Hay que destacar que el objeto o situación temidos no suponen prácticamente una amenaza. Las fobias son aprendidas, nos las han inculcado. Una cucaracha es mucho menos dañina que otros insectos, y, sin embargo, puede provocar una repulsión mucho mayor.
Cómo se originan
Se cree que muchos de estos temores son restos subconscientes de épocas en la que la especie humana sí estuvo amenazada por insectos o reptiles.
Pero esta explicación no cubre todos los casos; podría justificar miedo a las arañas (aracnofobia), a los reptiles (herpetofobia), a las alturas (acrofobia) o incluso a los espacios abiertos (agorafobia), pero de ninguna manera explicaría el miedo al número 13 (triskaidekafobia).
Fobias patológicas
Una variedad que sí se considera una enfermedad genuina es la reacción del cuerpo ante ciertos estímulos externos, como por ejemplo la luz (fotofobia) o el agua (hidrofobia). Son muy comunes la aerofobia o aviofobia (miedo a volar), claustrofobia (a los encierros o lugares pequeños) y acrofobia (a las alturas). En estos casos el término no se vincula con el temor.
Fobias sociológicas
Se emplea el sufijo griego también para referirse a desagrados y a discriminaciones sociales o culturales, lo que no sería una enfermedad propiamente dicha, sino tan sólo un prejuicio. Ése sería el caso del rechazo al extranjero (xenofobia), al musulmán (islamofobia), al homosexual (homofobia), entre otros ejemplos.
Fobias curiosas
Se puede decir que las fobias están de moda, e incluso que está bien visto tener alguna. Así han surgido las más variopintas. Entre las más curiosas podemos destacar las siguientes: temor a los payasos (coulrofobia), a los dentistas (odontofobia), al matrimonio (gamofobia), a la responsabilidad (hipegiafobia), al color amarillo (yauntofobia) y a las mariposas (papiliofobia).
Fobias de ficción
La literatura ha creado algunos términos jocosos combinando todo tipo de prefijos. Así tenemos la anadtidaefobia (miedo de que un pato nos esté observando), la anoraknofobia (temor a las arañas que usan chaqueta), hippopotomonstroesquippedaliofobia (miedo a las palabras largas) o lupolipafobia (temor a ser perseguido por un lobo sobre un suelo encerado).
  • Las arañas, las alturas, los lugares cerrados... son objeto de las fobias más comunes.
  • Sin embargo, la lista puede ser tan amplia y extraña como personas hay en el mundo.
Llamamos fobias a los miedos intensos que nos inspiran determinados animales, objetos o situaciones. Se trata de una exageración del peligro que se caracteriza porque la reacción que provoca está completamente desproporcionada con la causa que la origina.
También se consideran fobias los sentimientos de odio intenso o de rechazo hacia algo o alguien
Cómo funcionan
Cuando nos enfrentamos a la causa desencadenante de la fobia, experimentamos una sensación de ansiedad y de miedo intenso de una forma repentina y aguda.
Hay que destacar que el objeto o situación temidos no suponen prácticamente una amenaza. Las fobias son aprendidas, nos las han inculcado. Una cucaracha es mucho menos dañina que otros insectos, y, sin embargo, puede provocar una repulsión mucho mayor.
Cómo se originan
Se cree que muchos de estos temores son restos subconscientes de épocas en la que la especie humana sí estuvo amenazada por insectos o reptiles.
Pero esta explicación no cubre todos los casos; podría justificar miedo a las arañas (aracnofobia), a los reptiles (herpetofobia), a las alturas (acrofobia) o incluso a los espacios abiertos (agorafobia), pero de ninguna manera explicaría el miedo al número 13 (triskaidekafobia).
Fobias patológicas
Una variedad que sí se considera una enfermedad genuina es la reacción del cuerpo ante ciertos estímulos externos, como por ejemplo la luz (fotofobia) o el agua (hidrofobia). Son muy comunes la aerofobia o aviofobia (miedo a volar), claustrofobia (a los encierros o lugares pequeños) y acrofobia (a las alturas). En estos casos el término no se vincula con el temor.
Fobias sociológicas
Se emplea el sufijo griego también para referirse a desagrados y a discriminaciones sociales o culturales, lo que no sería una enfermedad propiamente dicha, sino tan sólo un prejuicio. Ése sería el caso del rechazo al extranjero (xenofobia), al musulmán (islamofobia), al homosexual (homofobia), entre otros ejemplos.
Fobias curiosas
Se puede decir que las fobias están de moda, e incluso que está bien visto tener alguna. Así han surgido las más variopintas. Entre las más curiosas podemos destacar las siguientes: temor a los payasos (coulrofobia), a los dentistas (odontofobia), al matrimonio (gamofobia), a la responsabilidad (hipegiafobia), al color amarillo (yauntofobia) y a las mariposas (papiliofobia).
Fobias de ficción
La literatura ha creado algunos términos jocosos combinando todo tipo de prefijos. Así tenemos la anadtidaefobia (miedo de que un pato nos esté observando), la anoraknofobia (temor a las arañas que usan chaqueta), hippopotomonstroesquippedaliofobia (miedo a las palabras largas) o lupolipafobia (temor a ser perseguido por un lobo sobre un suelo encerado).
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